Oh mi bella cortesana
en lo ondulante de tus olas
en lo corpóreo de tu brisa
en la matidez de tus encantos,
en lo que profanado fue por años.
Hallo mi natural cariño
mi sentimiento ciego
mi moral
mi retórica
mi sexualidad audaz
mi timidez latente y potencial.
En ti mujer de otros
hallo la profundidad de mis
abismos...
mi pesadilla,
mi pecado secreto, cosa mía y
solo tuya.
En ti se simula
el castigo dulce de un purgatorio
perenne, en un cielo perenne.
En ti deseable criatura
la lujuria no es más que ternura
y el placer no es amoral
cosa prohibida.
En ti, salvación de muchos
no existe pecado que no se indulte
no existe castigo
que no se haya pagado, en tus
horas tristes de seducción.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario