jueves, 12 de marzo de 2015

Amor simbiótico.
Yo soy la tierra, de donde brota
el pedestal de tus brazos, y junto a tus manos
clavan sus raíces férreas, asiéndote hacia el sol de abril.
De mi vientre brotan tus encantos, tus tallos, tu flor.
Vives de mi, y va a hacia ti mi ser, hacia el torrente de tu savia vital,
dependiendo ambos, solo de mi, solo de ti, y
de la entrega diaria de amor, en un mutualismo sin fin
Interminablemente eterno e infinito.
Así de natural fluye mi amor por vos,
Sin pensarlo siquiera, alimento tus hojas, tu flor.
Milagro de la vida somos en nuestro lecho,
Como líquenes absorbiendo las caricias de nuestros cuerpos,
dándome la fotosíntesis matinal, y diaria,
vital y secreta de los juegos más íntimos de la noche.
Los besos mas apasionados cual llovizna de enero.
Y así, así te quiero,
Naturalmente salvaje, cual cascada límpida arremetes en tu caída,
Con vertiginosa fuerza, sobre mis piedras,
Me salvas y me matas cual simbiótico idilio.
Hoy me pones mujer, en mis labios, aquellos capulíes del valle,
rojos y amargos,
azabaches y dulces.
Y me das el néctar de tu pistilo, repleto de amor,
Junto a unas rojizas tunas de noviembre.
Que sacian el hambre, que sacian mi sed.
Y así somos...
Yo la tierra que sostiene tus pies húmedos, descalzos, inseguros.
Y tu, la verde pradera que cubre mis esperanzas y tus sueños.
Amor simbiótico...

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