Camino buscando un lugar
cerca de ti, que cada esquina,
cada puerta, es tan deseable
como tu cuerpo, cuando lo abrazo…
Es imposible deshacerme de tus
patios, tus callejuelas, su sentido
y su destino.
Es indescriptible
voltear la siguiente esquina
y penetrar en la calle próxima;
Sin el aliento del viento
(Que es tuyo),
en mis mejillas.
Cuando tus piececillos descalzos
me persiguen, y yo voy a ti en simulacro,
la realidad se convence a sí misma que te necesito.
Pequeña, ven a hacerme compañía
en esta plazuela desierta.
En estas calles que irradian mi soledad
sobre tus muros.
Pequeña trae tu cuerpo como en aquel sueño
y revélame el infinito.
Ausculta mi alegría al poseerte.
Mil gritos de nacimiento han comenzado.
Mi respiración se agiganta y te da vida
en cada entrada, en cada puerta y en cada calle.
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