El amor es más simple que estas palabras.
Que llegan a tus oídos queriéndote encantar,
el amor es más hermoso que nuestras miradas.
Que luego de un tiempo, te hacían suspirar.
El amor es más dúctil, que nuestras caricias,
que la piel de nuestros cuerpos sentimos abrasar.
El amor es más intenso que nuestros latidos.
Que unidos a un ritmo solían estar.
Nuestro amor es más fuerte que diques y puentes,
Más grande que mares y cielos.
Eterno intenta ser, en el infinito del tiempo,
luego que la muerte a nuestros párpados cerrará.
El amor es más dulce que el agua de caña.
De más colorido que el pavo real,
El amor es padre, es madre, es hijo.
El, es todo eso junto y mucho más.
El amor es ligero como el viento de Enero.
Melodía nostálgica de una quena de puna.
yaraví lastimero de cadencias tonales.
silencioso y cercano, como mis pasos, tras ti.
En este espacio están mis poesías , forma de contactar con el mundo, y engrandecerlo.
jueves, 26 de marzo de 2015
Eres como un tierno despertar,
como una mañana cusqueña llena de azul
y de brillos de sol, y de luces de abril.
Eres como mi mar, incrédulo y sereno,
De fuerza viril y femenina vanidad.
Eres como mis Andes, escarpados e insólitos
Como tu altanería y tu deidad.
Eres como mi Lago atrapado,
en la gran meseta andina.
Eres como mis ríos, como mis ruinas,
como mis cerros y mis colinas.
Eres como mis valles, como mi selva, como
mis dunas, y mi desierto.
Eres tú, mi aliento,
de viento de otoño, del primer viento.
Eres mi lluvia, mi granizo, mis truenos y rayos ,
Cual relámpago amanece las tardes de Sierra.
Eres tantas cosas, mi calle, mi casa,
Mis atardeceres , mis despertares,
Mis plazas, mis chacras.
Eres como mi Cusco tan bello,
Eres tu mi sino y mi cielo.
Eres tu a quien quiero.
Eres tú, mi Perú.
como una mañana cusqueña llena de azul
y de brillos de sol, y de luces de abril.
Eres como mi mar, incrédulo y sereno,
De fuerza viril y femenina vanidad.
Eres como mis Andes, escarpados e insólitos
Como tu altanería y tu deidad.
Eres como mi Lago atrapado,
en la gran meseta andina.
Eres como mis ríos, como mis ruinas,
como mis cerros y mis colinas.
Eres como mis valles, como mi selva, como
mis dunas, y mi desierto.
Eres tú, mi aliento,
de viento de otoño, del primer viento.
Eres mi lluvia, mi granizo, mis truenos y rayos ,
Cual relámpago amanece las tardes de Sierra.
Eres tantas cosas, mi calle, mi casa,
Mis atardeceres , mis despertares,
Mis plazas, mis chacras.
Eres como mi Cusco tan bello,
Eres tu mi sino y mi cielo.
Eres tu a quien quiero.
Eres tú, mi Perú.
domingo, 22 de marzo de 2015
Hijo mío , quiero decirte
desde aquí, desde esta silla enmudecida,
de tanto soportar, las horas, los días eternos.
De angustias y desvelos.
Los días y nuevamente las noches,
sin descanso, de desasosiego y desamparo.
De verte y oírte llorar como a un niño, con tu madurez
de viejo, gritándole a cielo, el por qué,
del cáliz asignado que
quema y pasa por nuestras fauces, por nuestras gargantas,
hirvientes, soportando, a fuerza de coraje, y de inocencia.
Junto a los maderos dolientes de tu cruz,
enclavados están nuestras esperanzas
y tus mejores años de juventud.
Eres tú, quien clama y reclama a los cielos por
este cruel y despiadado presente.
Las tardes de matices grises se visten,
como todo nuestro dolor, como todo nuestro duelo.
Tu madre está deshecha, y también llora,
y también reza,
yo me contengo herido, lloro
y también rezo, en la penumbra de tu cuarto de hospital.
Juro que me desangraba, al verte tendido,
y atado, incapaz de producir un pensamiento.
Incapaz de reconocernos siquiera.
Dominado por tus sueños vividos,
con tu alma tomada por traviesos espíritus.
Por voces sin cuerpo, sin vida, que ya no quieres oír.
Que emanan y martillean incansables ,
atormentando tu paz , tu mente de niño aun,
de adolescente aun.
En tus venas serenas se anidan estacas dolientes,
de metal frío, permitiendo el ingreso de tu alimento,
Tus líquidos y del esperanzador tratamiento,
que cure tu ser, a más de un medicamento,
una bendición enviada hasta el infinito de tus sinapsis,
doblegando al enemigo invisible,
a ésta enfermedad, terrible, que te aflige,
y derrumba todos nuestros sueños.
Tu estómago y vísperas son de acero,
y esperan cada mañana la rutina de cientos de cápsulas
que tragas como granos, de tres en tres.
Las amarillas bien de mañana, las rojas nunca con las blancas...
En fin... De cualquier modo las tenias que pasar...
Y las pasabas ...
Tu raquis fue encidido, varias veces,
con tu consentimiento, con la esperanza de sanar.
Y no hay remedios que te sanen,
no hay respuesta a los rezos al cielo.
A las plegarias lloradas, ya sin aliento, sin sueño.
En tu cabezal están los santos y las Vírgenes ,
Suplicantes al infinito pidiendo piedad,
y compasión y misericordia divina.
Los medicamentos ya probados, son retirados una y otra vez,
Que no hay respuesta, sin embargo tú, nosotros tus padres,
no flaqueamos en seguir adelante.
De mi, nace un llanto que no quiere salir,
a fuerza de hombría, queda en mi alma.
Es el dolor de lo que significa tu calvario, asignado,
y el orgullo de tu decisión de luchar
contra todo lo adverso que te puso el destino.
Recibir nuevos tratamientos para doblegar a tu sistema
Inmune, y evitar que tu mismo te dañes.
Debilitó las raíces de tus cabellos,
quedando tendidos en tu blanca almohada,
por cientos cada mañana.
Debilitando tu sangre, tus huesos, y tus músculos.
Hoy sé, que no hay más valiente
que tú pequeño Guerrero.
Yo no hubiera podido resistir como lo hiciste.
Mi amado niño,
cuando tus piececitos en sus pasos pequeños,
dominando la oscuridad de la noche.
Llegaban a mi cama,y me despiertan.
Cuando tus miedos infantiles de querubines transformados
en fantasmas te despertaban,
no imagine ni por un momento,
Que un día esos mismos espectros, te atraparan en la noche de tus sueños,
Convertidos en diablos, en irreales seres , te arrastrasen al infinito de tu
conciencia, donde tu lucha es solo tuya,
Para nuevamente nacer, desde tus cenizas, cual ave Fénix ,
Para vivir, para existir.
desde aquí, desde esta silla enmudecida,
de tanto soportar, las horas, los días eternos.
De angustias y desvelos.
Los días y nuevamente las noches,
sin descanso, de desasosiego y desamparo.
De verte y oírte llorar como a un niño, con tu madurez
de viejo, gritándole a cielo, el por qué,
del cáliz asignado que
quema y pasa por nuestras fauces, por nuestras gargantas,
hirvientes, soportando, a fuerza de coraje, y de inocencia.
Junto a los maderos dolientes de tu cruz,
enclavados están nuestras esperanzas
y tus mejores años de juventud.
Eres tú, quien clama y reclama a los cielos por
este cruel y despiadado presente.
Las tardes de matices grises se visten,
como todo nuestro dolor, como todo nuestro duelo.
Tu madre está deshecha, y también llora,
y también reza,
yo me contengo herido, lloro
y también rezo, en la penumbra de tu cuarto de hospital.
Juro que me desangraba, al verte tendido,
y atado, incapaz de producir un pensamiento.
Incapaz de reconocernos siquiera.
Dominado por tus sueños vividos,
con tu alma tomada por traviesos espíritus.
Por voces sin cuerpo, sin vida, que ya no quieres oír.
Que emanan y martillean incansables ,
atormentando tu paz , tu mente de niño aun,
de adolescente aun.
En tus venas serenas se anidan estacas dolientes,
de metal frío, permitiendo el ingreso de tu alimento,
Tus líquidos y del esperanzador tratamiento,
que cure tu ser, a más de un medicamento,
una bendición enviada hasta el infinito de tus sinapsis,
doblegando al enemigo invisible,
a ésta enfermedad, terrible, que te aflige,
y derrumba todos nuestros sueños.
Tu estómago y vísperas son de acero,
y esperan cada mañana la rutina de cientos de cápsulas
que tragas como granos, de tres en tres.
Las amarillas bien de mañana, las rojas nunca con las blancas...
En fin... De cualquier modo las tenias que pasar...
Y las pasabas ...
Tu raquis fue encidido, varias veces,
con tu consentimiento, con la esperanza de sanar.
Y no hay remedios que te sanen,
no hay respuesta a los rezos al cielo.
A las plegarias lloradas, ya sin aliento, sin sueño.
En tu cabezal están los santos y las Vírgenes ,
Suplicantes al infinito pidiendo piedad,
y compasión y misericordia divina.
Los medicamentos ya probados, son retirados una y otra vez,
Que no hay respuesta, sin embargo tú, nosotros tus padres,
no flaqueamos en seguir adelante.
De mi, nace un llanto que no quiere salir,
a fuerza de hombría, queda en mi alma.
Es el dolor de lo que significa tu calvario, asignado,
y el orgullo de tu decisión de luchar
contra todo lo adverso que te puso el destino.
Recibir nuevos tratamientos para doblegar a tu sistema
Inmune, y evitar que tu mismo te dañes.
Debilitó las raíces de tus cabellos,
quedando tendidos en tu blanca almohada,
por cientos cada mañana.
Debilitando tu sangre, tus huesos, y tus músculos.
Hoy sé, que no hay más valiente
que tú pequeño Guerrero.
Yo no hubiera podido resistir como lo hiciste.
Mi amado niño,
cuando tus piececitos en sus pasos pequeños,
dominando la oscuridad de la noche.
Llegaban a mi cama,y me despiertan.
Cuando tus miedos infantiles de querubines transformados
en fantasmas te despertaban,
no imagine ni por un momento,
Que un día esos mismos espectros, te atraparan en la noche de tus sueños,
Convertidos en diablos, en irreales seres , te arrastrasen al infinito de tu
conciencia, donde tu lucha es solo tuya,
Para nuevamente nacer, desde tus cenizas, cual ave Fénix ,
Para vivir, para existir.
miércoles, 18 de marzo de 2015
Soy un robot citadino, adaptado
a sobrevivir, y a olvidar a los parientes
más queridos, en el vertiginoso acaecer de los días.
Y en la oscuridad de los anocheceres rutinarios...
Y me reclaman que vuelva a ser lo que fuí.
Mas solo tengo un matiz de humano.
El resto es prestado, o mutado para responder
A la exigencia del los tiempos.
Vivo igual que tú,
Sobreviviendo, de vez en cuando me alegro,
Por cambiar los destinos de un paciente.
O una sonrisa certera de una madre.
Y, luego iigual que tú, protestó, digo,
¡ No es justo que pase esto¡
No, Rubén, él no puede cambiar...
En esencia quizá no, aun late alguna fibra de nobleza,
solo muy en mi interior, hay algunos suspiros de amor,
Alguna nota querida de algún violín me hace sentir.
Cibernéticos programas endurecieron mi ser,
y solo algunos nervios desconexos
aún reclaman, humanidad, .
a sobrevivir, y a olvidar a los parientes
más queridos, en el vertiginoso acaecer de los días.
Y en la oscuridad de los anocheceres rutinarios...
Y me reclaman que vuelva a ser lo que fuí.
Mas solo tengo un matiz de humano.
El resto es prestado, o mutado para responder
A la exigencia del los tiempos.
Vivo igual que tú,
Sobreviviendo, de vez en cuando me alegro,
Por cambiar los destinos de un paciente.
O una sonrisa certera de una madre.
Y, luego iigual que tú, protestó, digo,
¡ No es justo que pase esto¡
No, Rubén, él no puede cambiar...
En esencia quizá no, aun late alguna fibra de nobleza,
solo muy en mi interior, hay algunos suspiros de amor,
Alguna nota querida de algún violín me hace sentir.
Cibernéticos programas endurecieron mi ser,
y solo algunos nervios desconexos
aún reclaman, humanidad, .
La Bella Lima, o la horrible.
Despertamos con la misma mañana,
La triste obligación de trabajar,
El lavado, el cepillo, y el calzado.
Y ya estamos listos para para desafiar,
al mar de motos y carros,
Todos igual deseosos de llegar,
nos convertimos en fieras urbanas.
En una selva de asfalto ya sin reglas
Donde el más osado o el más "audáz",
toma la delantera, sin pensar en quien dejó en carrera.
Y así, comienza nuestra rutina en la Lima la Horrible.
Sin Alcalde o Policía que nos salve,
De los buitres o los despistados transeúntes.
De los que salen sin prisa y transitan en el carril,
Del que si la tiene,
O del que hace varias cosas además de manejar.
Despertamos a la misma mañana,
Todos a la misma hora.
Salimos con el reloj o lejos de él.
Intentando cada vez mejorar nuestra marca.
Pero hay si te encuentras con un semáforo inteligente,
y delante de él, un policía poco inteligente,
que hace poco caso a tu claxon o
a tus reclamos respetuosos,
y algunos gritos, salidos de la frustración
de algún hermano en el dolor y en la prisa.
Ni que se diga del taxista que sube en su huída,
a su pasajero en medio de la pista.
La movilidad escolar que te temeraria te repasa,
con sus niños a medio despertar, cual carga, cual sonaja.
Atraviesan la calle, el semáforo, en ámbar, luego en rojo....
Y al fin salgo a la autopista, mi velocímetro marca cuarenta y
medio, entre frenos, cambios, yo acelero, a cincuenta
Kilómetros no mas, por el que quiere ser prudente
a esta hora en la vía, nos detiene a los que tenemos prisa.
Mientras el ambulante te vende todo a menos precio,
Desde periódicos, cuadros, libros, vídeos, de todos
colores, hasta iguanas camufladas, entreteniendo
la cola de autos, mientras que unos compran, los otros
devuelven el cambio en la otra esquina.
Y solo yo me entretengo a pensar si llegare a las ocho,
como ayer, o suplicare ¡ no me descuenten,
La culpa la tiene el Alcalde...!
Taxis , combis, motos, no tienen paradero,
Paran al azar, sin aviso siquiera.
Todos tienen licencia para matar.
Incautos , transeúntes, ambulantes, escolares,
Se atraviesan sin aviso,
Tienes que estar alerta sino quieres crear un occiso.
El crucero peatonal, no tiene usuarios,
Todos prefieren entre pasar, fuera de sitio,
Correr y atravesar la avenida, y no el puente está bien.
No hay paradero que convenza, la calle toda y a media calle, también.
Retornamos cansados y creemos merecer un tránsito más digno, pero es la misma cojudes,
De ganar auto, a auto, aumento mi estrés.
La hora o más que dejamos en las pistas
Son una menos que robamos a nuestras vidas.
El celular al volante, es parte un todo,
la falta de luces, SOAT, o cinturón de seguridad
es la regla.
Los viernes, sábados manejar con alcohol es una rutina.
Muchos salen de su trabajo o de alguna cantina.
Los demás , zigzagueamos, culebreamos,
si el de adelante, se distrae lo atrasamos.
Hay también el hijo de papá que prueba su WMW
y estimulado o no, sin ley que valga,
te atropella y te desplaza,
De derecha a izquierda gira.
Con su escape a prueba de sordos.
Completan el panorama diario de Lima.
En las noches de viernes o sábado.
Prohibido salir con tu cuatro por cuadro,
Los ases de la PNP, vigilan los carros lujosos de oscuras lunas.
Y te paran sin justificación o necesidad alguna,
a ver si algo no está en regla, y
exigirte la coima. Y abrocharse con sencillo, para fin de semana.
Esta es la Lima, que odiamos a diario,
Y a diario esperamos que mejore .
Tuya, mía, es la ciudad donde sobrevivimos.
Despertamos con la misma mañana,
La triste obligación de trabajar,
El lavado, el cepillo, y el calzado.
Y ya estamos listos para para desafiar,
al mar de motos y carros,
Todos igual deseosos de llegar,
nos convertimos en fieras urbanas.
En una selva de asfalto ya sin reglas
Donde el más osado o el más "audáz",
toma la delantera, sin pensar en quien dejó en carrera.
Y así, comienza nuestra rutina en la Lima la Horrible.
Sin Alcalde o Policía que nos salve,
De los buitres o los despistados transeúntes.
De los que salen sin prisa y transitan en el carril,
Del que si la tiene,
O del que hace varias cosas además de manejar.
Despertamos a la misma mañana,
Todos a la misma hora.
Salimos con el reloj o lejos de él.
Intentando cada vez mejorar nuestra marca.
Pero hay si te encuentras con un semáforo inteligente,
y delante de él, un policía poco inteligente,
que hace poco caso a tu claxon o
a tus reclamos respetuosos,
y algunos gritos, salidos de la frustración
de algún hermano en el dolor y en la prisa.
Ni que se diga del taxista que sube en su huída,
a su pasajero en medio de la pista.
La movilidad escolar que te temeraria te repasa,
con sus niños a medio despertar, cual carga, cual sonaja.
Atraviesan la calle, el semáforo, en ámbar, luego en rojo....
Y al fin salgo a la autopista, mi velocímetro marca cuarenta y
medio, entre frenos, cambios, yo acelero, a cincuenta
Kilómetros no mas, por el que quiere ser prudente
a esta hora en la vía, nos detiene a los que tenemos prisa.
Mientras el ambulante te vende todo a menos precio,
Desde periódicos, cuadros, libros, vídeos, de todos
colores, hasta iguanas camufladas, entreteniendo
la cola de autos, mientras que unos compran, los otros
devuelven el cambio en la otra esquina.
Y solo yo me entretengo a pensar si llegare a las ocho,
como ayer, o suplicare ¡ no me descuenten,
La culpa la tiene el Alcalde...!
Taxis , combis, motos, no tienen paradero,
Paran al azar, sin aviso siquiera.
Todos tienen licencia para matar.
Incautos , transeúntes, ambulantes, escolares,
Se atraviesan sin aviso,
Tienes que estar alerta sino quieres crear un occiso.
El crucero peatonal, no tiene usuarios,
Todos prefieren entre pasar, fuera de sitio,
Correr y atravesar la avenida, y no el puente está bien.
No hay paradero que convenza, la calle toda y a media calle, también.
Retornamos cansados y creemos merecer un tránsito más digno, pero es la misma cojudes,
De ganar auto, a auto, aumento mi estrés.
La hora o más que dejamos en las pistas
Son una menos que robamos a nuestras vidas.
El celular al volante, es parte un todo,
la falta de luces, SOAT, o cinturón de seguridad
es la regla.
Los viernes, sábados manejar con alcohol es una rutina.
Muchos salen de su trabajo o de alguna cantina.
Los demás , zigzagueamos, culebreamos,
si el de adelante, se distrae lo atrasamos.
Hay también el hijo de papá que prueba su WMW
y estimulado o no, sin ley que valga,
te atropella y te desplaza,
De derecha a izquierda gira.
Con su escape a prueba de sordos.
Completan el panorama diario de Lima.
En las noches de viernes o sábado.
Prohibido salir con tu cuatro por cuadro,
Los ases de la PNP, vigilan los carros lujosos de oscuras lunas.
Y te paran sin justificación o necesidad alguna,
a ver si algo no está en regla, y
exigirte la coima. Y abrocharse con sencillo, para fin de semana.
Esta es la Lima, que odiamos a diario,
Y a diario esperamos que mejore .
Tuya, mía, es la ciudad donde sobrevivimos.
sábado, 14 de marzo de 2015
Histérica es tu silueta.
Tú figura orgásmica,
convulsiona a mis entradas.
Lubricas tu organismo
tensas el músculo que logra
posiciones diablescas y divinas
en la cama.
Oh, mi amor
piel y piel somos ya.
Eterno movimiento en tu
universo oscuro quiero ser.
Delicia es subir y bajar
entre tus muslos
recorrer lo no recorrido
lo que me fue prohibido
sentirme dueño de lo sentido
de tu erotismo libertino
de tu cuerpo, que es mi verde olivo.
Tú figura orgásmica,
convulsiona a mis entradas.
Lubricas tu organismo
tensas el músculo que logra
posiciones diablescas y divinas
en la cama.
Oh, mi amor
piel y piel somos ya.
Eterno movimiento en tu
universo oscuro quiero ser.
Delicia es subir y bajar
entre tus muslos
recorrer lo no recorrido
lo que me fue prohibido
sentirme dueño de lo sentido
de tu erotismo libertino
de tu cuerpo, que es mi verde olivo.
jueves, 12 de marzo de 2015
Podrás llamarme de muchas maneras.
Viento, sol, verano, brisa.
Ciervo, buey, puma, y cóndor.
Podrás llamarme de muchas maneras.
Río, mar, laguna, lago.
Luna, pez, gaviota, y búho.
Puedes si quieres decirme
Tierra, arena, migaja, sal.
O, celeste, verde, azul, y blanco.
Pero nunca entenderé, que te quedes callada.
Podrás amarme se muchas maneras.
Con ansia, pasión, ternura, y hiel.
Ilusionada, enamorada, serena, calculadora.
O, madura, distante, cansada, y fiel.
Pero nunca entenderé, que no te sientas amada.
Podrás extrañarme de muchas maneras,
Obsesionada, preocupada, indiferente, o triste.
Distanciada, trasnochada, llorosa, o ausente.
Pero nunca entenderé , la perfidia de tu amor.
Entre mis sueños yo te vi
Posando tus labios a los míos , te sentí.
Cansada de luchar contra ti misma, te hallé.
Mientras mis besos caen rendidos, de ti,
cual golondrinas cansadas,
se posan tiernamente en su nido.
Entre mis sueños, te ame.
A la luz de la media noche, te creé.
Cuando mis manos se detuvieron moldeando tu cuerpo.
Cual brazos de una cruz enmudecida y doliente.
Y estás aquí...
En este paralelo universo vivimos.
En la evocación de los recuerdos nocturnos, te apareces.
Libre como las garzas o las huayatas,
en mi lago de sueños revoloteas, reluciente.
Y luego te vas, despertando al claro día ,
cual fugaz amante desapareces,
y me dejas en mi realidad mundana y fría.
Abrazado a mi almohada, taciturna,
cubierto solo por sábanas, no de amores.
Hasta que un nuevo sueño, una nueva noche llegue...
Y te traiga de nuevo...
Posando tus labios a los míos , te sentí.
Cansada de luchar contra ti misma, te hallé.
Mientras mis besos caen rendidos, de ti,
cual golondrinas cansadas,
se posan tiernamente en su nido.
Entre mis sueños, te ame.
A la luz de la media noche, te creé.
Cuando mis manos se detuvieron moldeando tu cuerpo.
Cual brazos de una cruz enmudecida y doliente.
Y estás aquí...
En este paralelo universo vivimos.
En la evocación de los recuerdos nocturnos, te apareces.
Libre como las garzas o las huayatas,
en mi lago de sueños revoloteas, reluciente.
Y luego te vas, despertando al claro día ,
cual fugaz amante desapareces,
y me dejas en mi realidad mundana y fría.
Abrazado a mi almohada, taciturna,
cubierto solo por sábanas, no de amores.
Hasta que un nuevo sueño, una nueva noche llegue...
Y te traiga de nuevo...
Hoy cruzo el umbral de tu cuerpo tierno.
Avanzo y tú me esperas.
Creo existir en tus mares de besos
y en tus ríos sensuales.
Cruzo a la orilla, donde
tu pelo juega con mi aliento.
Entretienes mis ideas
en tus ojos que me clavan
y mis palabras en tu boca juegan
como divinos cantos de vida.
Y en ti, existo.
Engendrando mi raza en el tiempo
en la brisa perentoria de tu alma.
En tu cuerpo.
En ti EXISTO y me basta.
Avanzo y tú me esperas.
Creo existir en tus mares de besos
y en tus ríos sensuales.
Cruzo a la orilla, donde
tu pelo juega con mi aliento.
Entretienes mis ideas
en tus ojos que me clavan
y mis palabras en tu boca juegan
como divinos cantos de vida.
Y en ti, existo.
Engendrando mi raza en el tiempo
en la brisa perentoria de tu alma.
En tu cuerpo.
En ti EXISTO y me basta.
A mi Madre.
Te fuiste tan discreta y sencilla como siempre,
por el zaguán de la iglesia,
por un rincón de la casa,
dejando tu rastro confundido y solo, como quien libera un camino
Escondido y triste.
Salías detrás de todos
Dejándote sentir, la sutil ligereza infinita
del trinar de tus piececitos trémulos e inquietos.
Pensativos y cadenciosos,
Buscando en la noche fría
algún recuerdo ...
Quizá del hijo ingrato que abandonó el terruño
Inconsciente y ciego, fue siguiéndole a la vida y
dejó tu enjuta piel, sin besos.
Y tu alma sumida en la soledad mas lóbrega.
Te imagino hoy, Madre,
como eras antes.
Como eras antes de mi partida,
caminando hacia la iglesia, huyendo hacia el sermón de la siete,
Viendo comulgar desde tu sitio, como todos los domingos
A los demás ...
Como si un secreto
negara el regocijarte de Cristo.
Y luego obnubilada te pierdes, entre calles y recuerdos,
e intentas volver a la casa sin mas pistas
Que la inercia de tu cuerpo
Y de pronto,
Te hallamos,
desojando una flor a los vientos de agosto
Y gracias a Dios estas nuevamente a salvo del mundo.
Madre volví un día ante tus ojos
mucho tiempo después.
Sin embargo tus recuerdos te negaron mi existencia.
Y esta carne que es tuya, y que late y siente distante,
olvidada mil veces, y de dolor y olvido, mil veces.
Se pregunta si page en esta vida la insolencia de dejarte algunos años , madre mía.
Madre volví un día ante tus ojos
Agonizantes y profundos
en una cama de hospital te encontré ,
y te acompañe por el camino de la vida hacia la muerte,
compungido.
Mientras que tú,
¿ Quien eres tú me preguntabas ?
- yo le dije:
Hoy, solo un amigo que la quiere, que la quiere...
Te fuiste tan discreta y sencilla como siempre,
por el zaguán de la iglesia,
por un rincón de la casa,
dejando tu rastro confundido y solo, como quien libera un camino
Escondido y triste.
Salías detrás de todos
Dejándote sentir, la sutil ligereza infinita
del trinar de tus piececitos trémulos e inquietos.
Pensativos y cadenciosos,
Buscando en la noche fría
algún recuerdo ...
Quizá del hijo ingrato que abandonó el terruño
Inconsciente y ciego, fue siguiéndole a la vida y
dejó tu enjuta piel, sin besos.
Y tu alma sumida en la soledad mas lóbrega.
Te imagino hoy, Madre,
como eras antes.
Como eras antes de mi partida,
caminando hacia la iglesia, huyendo hacia el sermón de la siete,
Viendo comulgar desde tu sitio, como todos los domingos
A los demás ...
Como si un secreto
negara el regocijarte de Cristo.
Y luego obnubilada te pierdes, entre calles y recuerdos,
e intentas volver a la casa sin mas pistas
Que la inercia de tu cuerpo
Y de pronto,
Te hallamos,
desojando una flor a los vientos de agosto
Y gracias a Dios estas nuevamente a salvo del mundo.
Madre volví un día ante tus ojos
mucho tiempo después.
Sin embargo tus recuerdos te negaron mi existencia.
Y esta carne que es tuya, y que late y siente distante,
olvidada mil veces, y de dolor y olvido, mil veces.
Se pregunta si page en esta vida la insolencia de dejarte algunos años , madre mía.
Madre volví un día ante tus ojos
Agonizantes y profundos
en una cama de hospital te encontré ,
y te acompañe por el camino de la vida hacia la muerte,
compungido.
Mientras que tú,
¿ Quien eres tú me preguntabas ?
- yo le dije:
Hoy, solo un amigo que la quiere, que la quiere...
Quiero homenajear a tus hombros
Redondeados y seductores.
De piel trigueña y canela.
Quiero homenajear a tus cabellos
Revoloteando con la brisa del verano
Acariciando tus sienes, tus mejillas...
Cual lienzo descubierto, por tus manos.
Quiero homenajear a tus pechos.
Tiernos y maternales,
Pequeños refugios de soledades y de sueños.
Quiero homenajear a tus caderas
Fuente eterna de sosiegos.
Cofre sacro de mis genes terrenos.
Quiero homenajear a tus manos
De dulce pericia y paciencia.
Exactos a tomarme,
Diestros al auscultarme.
Quiero homenajear a tus pies,
Tímidos, fuertes, estilizados y audaces.
A tus besos, presurosos y esquivos,
A tus abrazos,
A tu regazo
A tu olvido.
A mi padre...
En el portón de tu cuarto, quedo tu voz.
En el patio vacío y lúgubre, quedo tu imagen,
Tus sienes , tu frente, tu rostro de buen padre.
Tus últimos recados al partir...
¿ Dónde se fueron... Dónde quedaron ?
Padre mío.
Bendito seas por siempre,
Por tu religión universal, por tu moral,
a prueba de todo lo existente.
Por tu espiritualidad solidaria para los que menos tienen.
Por tus conocimientos de gran maestro en las aulas y en la vida.
Formando generaciones de seres humanos, mas que nada.
Hoy recuerdo, que entre tu percepción alterada
de tu último minuto de vida,
y la lucidez de tus pasos hacia el infinito.
Comulgaste y te rendiste ante el Dios de los hombres.
Tras el cantar del gallo, le pediste perdón.
No por negarlo, si no por no comprenderlo.
Por no entender su creación.
Saturada de angustias, de hambre, e impurezas.
Ante la inminente llamado de la muerte, me pediste ...
¡ Hijo mío, estudia a conciencia , para que no seas como ellos,
que no saben lo que tengo!,
Que no saben lo que hacen.
¡ Dios mío porqué me has abandonado !
Dolientes y severas fueron tus últimas palabras,
que grabaron de amor y de razón,
a mi formación médica y humana.
Hoy te pienso, y te extraño aún,
como un niño perdido en un mundo de viejos.
Y aun con mis canas que brotan traviesas.
Me pregunto, a que hora llegarás, para servir la mesa y
leer un buen libro, o en comunión compartir una velada,
de palabras, de cuentos, de realidades tuyas propias.
De versos a mi madre, a tus padres, de incomprensible orfandad,
triste regalo, que nos dio la vida, muy temprano.
Cuando toco tus libros, cuando leo las mismas líneas que
recorrieron tus ojos, me conecto al universo vasto de tu esencia,
e ingreso a un trance exquisito de vida, de infancia, de calor de hogar,
de arrullos y de besos nunca dados.
A ese lugar que no volveremos nunca, pero que presente está,
Cuando me acuerdo de ti...
Rubén Caparó. Valdeiglesias , descansa en paz...
En el portón de tu cuarto, quedo tu voz.
En el patio vacío y lúgubre, quedo tu imagen,
Tus sienes , tu frente, tu rostro de buen padre.
Tus últimos recados al partir...
¿ Dónde se fueron... Dónde quedaron ?
Padre mío.
Bendito seas por siempre,
Por tu religión universal, por tu moral,
a prueba de todo lo existente.
Por tu espiritualidad solidaria para los que menos tienen.
Por tus conocimientos de gran maestro en las aulas y en la vida.
Formando generaciones de seres humanos, mas que nada.
Hoy recuerdo, que entre tu percepción alterada
de tu último minuto de vida,
y la lucidez de tus pasos hacia el infinito.
Comulgaste y te rendiste ante el Dios de los hombres.
Tras el cantar del gallo, le pediste perdón.
No por negarlo, si no por no comprenderlo.
Por no entender su creación.
Saturada de angustias, de hambre, e impurezas.
Ante la inminente llamado de la muerte, me pediste ...
¡ Hijo mío, estudia a conciencia , para que no seas como ellos,
que no saben lo que tengo!,
Que no saben lo que hacen.
¡ Dios mío porqué me has abandonado !
Dolientes y severas fueron tus últimas palabras,
que grabaron de amor y de razón,
a mi formación médica y humana.
Hoy te pienso, y te extraño aún,
como un niño perdido en un mundo de viejos.
Y aun con mis canas que brotan traviesas.
Me pregunto, a que hora llegarás, para servir la mesa y
leer un buen libro, o en comunión compartir una velada,
de palabras, de cuentos, de realidades tuyas propias.
De versos a mi madre, a tus padres, de incomprensible orfandad,
triste regalo, que nos dio la vida, muy temprano.
Cuando toco tus libros, cuando leo las mismas líneas que
recorrieron tus ojos, me conecto al universo vasto de tu esencia,
e ingreso a un trance exquisito de vida, de infancia, de calor de hogar,
de arrullos y de besos nunca dados.
A ese lugar que no volveremos nunca, pero que presente está,
Cuando me acuerdo de ti...
Rubén Caparó. Valdeiglesias , descansa en paz...
Amor simbiótico.
Yo soy la tierra, de donde brota
el pedestal de tus brazos, y junto a tus manos
clavan sus raíces férreas, asiéndote hacia el sol de abril.
De mi vientre brotan tus encantos, tus tallos, tu flor.
Vives de mi, y va a hacia ti mi ser, hacia el torrente de tu savia vital,
dependiendo ambos, solo de mi, solo de ti, y
de la entrega diaria de amor, en un mutualismo sin fin
Interminablemente eterno e infinito.
Así de natural fluye mi amor por vos,
Sin pensarlo siquiera, alimento tus hojas, tu flor.
Milagro de la vida somos en nuestro lecho,
Como líquenes absorbiendo las caricias de nuestros cuerpos,
dándome la fotosíntesis matinal, y diaria,
vital y secreta de los juegos más íntimos de la noche.
Los besos mas apasionados cual llovizna de enero.
Y así, así te quiero,
Naturalmente salvaje, cual cascada límpida arremetes en tu caída,
Con vertiginosa fuerza, sobre mis piedras,
Me salvas y me matas cual simbiótico idilio.
Hoy me pones mujer, en mis labios, aquellos capulíes del valle,
rojos y amargos,
azabaches y dulces.
Y me das el néctar de tu pistilo, repleto de amor,
Junto a unas rojizas tunas de noviembre.
Que sacian el hambre, que sacian mi sed.
Y así somos...
Yo la tierra que sostiene tus pies húmedos, descalzos, inseguros.
Y tu, la verde pradera que cubre mis esperanzas y tus sueños.
Amor simbiótico...
Yo soy la tierra, de donde brota
el pedestal de tus brazos, y junto a tus manos
clavan sus raíces férreas, asiéndote hacia el sol de abril.
De mi vientre brotan tus encantos, tus tallos, tu flor.
Vives de mi, y va a hacia ti mi ser, hacia el torrente de tu savia vital,
dependiendo ambos, solo de mi, solo de ti, y
de la entrega diaria de amor, en un mutualismo sin fin
Interminablemente eterno e infinito.
Así de natural fluye mi amor por vos,
Sin pensarlo siquiera, alimento tus hojas, tu flor.
Milagro de la vida somos en nuestro lecho,
Como líquenes absorbiendo las caricias de nuestros cuerpos,
dándome la fotosíntesis matinal, y diaria,
vital y secreta de los juegos más íntimos de la noche.
Los besos mas apasionados cual llovizna de enero.
Y así, así te quiero,
Naturalmente salvaje, cual cascada límpida arremetes en tu caída,
Con vertiginosa fuerza, sobre mis piedras,
Me salvas y me matas cual simbiótico idilio.
Hoy me pones mujer, en mis labios, aquellos capulíes del valle,
rojos y amargos,
azabaches y dulces.
Y me das el néctar de tu pistilo, repleto de amor,
Junto a unas rojizas tunas de noviembre.
Que sacian el hambre, que sacian mi sed.
Y así somos...
Yo la tierra que sostiene tus pies húmedos, descalzos, inseguros.
Y tu, la verde pradera que cubre mis esperanzas y tus sueños.
Amor simbiótico...
Hoy cruzo el umbral de tu cuerpo tierno.
Avanzo y tú me esperas.
Creo existir en tus mares de besos
y en tus ríos sensuales.
Cruzo a la orilla, donde
tu pelo juega con mi aliento.
Entretienes mis ideas
en tus ojos que me clavan
y mis palabras en tu boca
juegan como divinos cantos de vida.
Y en ti, existo.
Engendrando mi raza en el tiempo
en la brisa perentoria de tu alma.
En tu cuerpo.
En ti EXISTO
y me basta.
Avanzo y tú me esperas.
Creo existir en tus mares de besos
y en tus ríos sensuales.
Cruzo a la orilla, donde
tu pelo juega con mi aliento.
Entretienes mis ideas
en tus ojos que me clavan
y mis palabras en tu boca
juegan como divinos cantos de vida.
Y en ti, existo.
Engendrando mi raza en el tiempo
en la brisa perentoria de tu alma.
En tu cuerpo.
En ti EXISTO
y me basta.
Camino buscando un lugar
cerca de ti, que cada esquina,
cada puerta, es tan deseable
como tu cuerpo, cuando lo abrazo…
Es imposible deshacerme de tus
patios, tus callejuelas, su sentido
y su destino.
Es indescriptible
voltear la siguiente esquina
y penetrar en la calle próxima;
Sin el aliento del viento
(Que es tuyo),
en mis mejillas.
Cuando tus piececillos descalzos
me persiguen, y yo voy a ti en simulacro,
la realidad se convence a sí misma que te necesito.
Pequeña, ven a hacerme compañía
en esta plazuela desierta.
En estas calles que irradian mi soledad
sobre tus muros.
Pequeña trae tu cuerpo como en aquel sueño
y revélame el infinito.
Ausculta mi alegría al poseerte.
Mil gritos de nacimiento han comenzado.
Mi respiración se agiganta y te da vida
en cada entrada, en cada puerta y en cada calle.
cerca de ti, que cada esquina,
cada puerta, es tan deseable
como tu cuerpo, cuando lo abrazo…
Es imposible deshacerme de tus
patios, tus callejuelas, su sentido
y su destino.
Es indescriptible
voltear la siguiente esquina
y penetrar en la calle próxima;
Sin el aliento del viento
(Que es tuyo),
en mis mejillas.
Cuando tus piececillos descalzos
me persiguen, y yo voy a ti en simulacro,
la realidad se convence a sí misma que te necesito.
Pequeña, ven a hacerme compañía
en esta plazuela desierta.
En estas calles que irradian mi soledad
sobre tus muros.
Pequeña trae tu cuerpo como en aquel sueño
y revélame el infinito.
Ausculta mi alegría al poseerte.
Mil gritos de nacimiento han comenzado.
Mi respiración se agiganta y te da vida
en cada entrada, en cada puerta y en cada calle.
Amor , mi amor prohibido,
de noches en desvelo, deseando el olvido.
¿Por qué engendraste el germen del cariño?
¿por qué fuiste tan buena conmigo?
Amor, amor prohibido.
Te miro hoy distante para que nadie se asome.
Ni pregunte.
Te miro detrás de las mamparas para que ni tu misma
te enteres.
¿Deseos de complicarme la vida?
Quizá ...
¿De volver a vivir a los cincuenta ?
tal vez...
Yo sufro por el sentimiento
que tu presencia despierta en mi.
Por la dicha de tenerte cerca y tan lejos para ti.
Sufro por los Mandamientos quebrantados
(No soy malo, me digo)
¿Se puede pecar de Amor, me preguntó. ?
Mi amor, amor prohibido,
Naciste sin un destino sin un camino.
Pero igual despiertas
con incandescente ignición, el tomarte de una vez,
Aun sabiendo que nunca disfrutaremos lo obtenido, siempre ,
sin un " para siempre ".
miércoles, 11 de marzo de 2015
Esposa mía…
Estoy esperando que el tiempo me diga
que dos años ya pasaron y estoy de vuelta.
Envuelto tan solo de recuerdos de mi celda.
Y de noches en soledad completa.
Estoy esperando que el tiempo se acuerde
de mi súplica cotidiana de volver a la vida.
Que detenga mi organismo, en piel y en canas.
Para no desperdiciar mis años tuyos.
En monótonos minutos y en horas mundanas.
Sin embargo tu espejo que me miras.
Cotidiano es tu reflejo que me indica
que robé dos años de mi vida, a ustedes, familia mía.
Amada mía…
Te cuento que conocí una parte de la vida,
en que el tiempo lentamente esta que gira
y cómo el organismo, cual animal responde.
A este experimento cruel.
A este claustrum eterno.
A este hambre cotidiana.
Esperando la limosna enviada.
Para saciar mí sed, mi hambre,
y para aumentar mis culpas,
de deber y deber,
además a las otras que me niego aceptar.
Que venga ya la mañana de luz y paz,
de comodidad precisa, de amor y de hogar.
De besos de esposa enamorada.
De caricias de mis hijos y de la amada.
De un olor muy familiar a tierra peruana…
Esposa mía, amada mía.
Amor puro amor, aun en la distancia, en la melancolía.
Tesoro mío y solo mío, aun siento a mil kilómetros tus palabras de amor en mis oídos.
¡ Cuantas caricias me esperan !, luego que mi amor llegue a tu puerto húmedo y tibio deseoso de mi. ¡ ¡ Cuantas horas de dicha inmensa, cuantos abrazos, cuantos besos,
Cuanto tiempo invertiremos, para amarnos, más que nunca,
Más que siempre.
Es un día cualquiera hoy , de mayo.
Es un día de espera del pronto existir.
Te amo amada mía.
Por tu apoyo a mi causa, a nuestra causa.
Por creer en mí con mis defectos y mis errores.
Te amo esposa mía.
Por tu amor, tu calor, tu confianza, tu pasión.
Extraño tus besos, tus labios.
El tocar tus dientes blancos con mi alma traviesa.
Tu cuerpo exquisito de natural tibieza.
Los gritos de los niños ahí a fuera…
Extraño todo lo que signifique peruanidad.
Nuestra casa, nuestro lecho, nuestro hogar.
Estoy esperando que el tiempo me diga
que dos años ya pasaron y estoy de vuelta.
Envuelto tan solo de recuerdos de mi celda.
Y de noches en soledad completa.
Estoy esperando que el tiempo se acuerde
de mi súplica cotidiana de volver a la vida.
Que detenga mi organismo, en piel y en canas.
Para no desperdiciar mis años tuyos.
En monótonos minutos y en horas mundanas.
Sin embargo tu espejo que me miras.
Cotidiano es tu reflejo que me indica
que robé dos años de mi vida, a ustedes, familia mía.
Amada mía…
Te cuento que conocí una parte de la vida,
en que el tiempo lentamente esta que gira
y cómo el organismo, cual animal responde.
A este experimento cruel.
A este claustrum eterno.
A este hambre cotidiana.
Esperando la limosna enviada.
Para saciar mí sed, mi hambre,
y para aumentar mis culpas,
de deber y deber,
además a las otras que me niego aceptar.
Que venga ya la mañana de luz y paz,
de comodidad precisa, de amor y de hogar.
De besos de esposa enamorada.
De caricias de mis hijos y de la amada.
De un olor muy familiar a tierra peruana…
Esposa mía, amada mía.
Amor puro amor, aun en la distancia, en la melancolía.
Tesoro mío y solo mío, aun siento a mil kilómetros tus palabras de amor en mis oídos.
¡ Cuantas caricias me esperan !, luego que mi amor llegue a tu puerto húmedo y tibio deseoso de mi. ¡ ¡ Cuantas horas de dicha inmensa, cuantos abrazos, cuantos besos,
Cuanto tiempo invertiremos, para amarnos, más que nunca,
Más que siempre.
Es un día cualquiera hoy , de mayo.
Es un día de espera del pronto existir.
Te amo amada mía.
Por tu apoyo a mi causa, a nuestra causa.
Por creer en mí con mis defectos y mis errores.
Te amo esposa mía.
Por tu amor, tu calor, tu confianza, tu pasión.
Extraño tus besos, tus labios.
El tocar tus dientes blancos con mi alma traviesa.
Tu cuerpo exquisito de natural tibieza.
Los gritos de los niños ahí a fuera…
Extraño todo lo que signifique peruanidad.
Nuestra casa, nuestro lecho, nuestro hogar.
Ya nadie podrá devolverme la gloria de amar,
Ya que dejaste insondables magulladuras
en mi alma, cuando decepcionaron tus brazos
la lealtad ofrecida. Entregándose a otros ajenos,
sin titubeo siquiera.
Sin dolor, por el pasado tuyo, y nuestro…
Sin piedad, por mi confiado y distraído presente...
Hoy, estoy dolido hasta el tuétano.
Hasta la esencia etérea de mi ser.
Borracho de dolor y de morir.
Me encuentro, con la interrogación infinita hacia el cielo,
por tu ataviado proceder.
Si la codicia infiltro tu alma.
Si la decepción aniquilo mi imagen.
¡Qué esperanza quedará
para los deseos no logrados!
Para mis apetitos compungidos,
y para mis sueños enterrados en un abrazo ...
Aquí me encuentro con mis
angustiados desvelos.
Con mis carnes urentes y mis huesos.
Y quiero dejar de ser hombre a imagen y semejanza de Dios.
Aprendiendo a odiar sin evangelio que me frene.
A mi semejante que me quito la ilusión
de mantener inmaculado el corazón,
disolviendo mi vida y mi razón.
Para convertirme solo en hombre.
En bípedo, mamífero, vertebrado y mortal.
Inválido de alma y corazón.
Yo tuve un corazón y ya no lo tengo.
Tuve vísceras amantes
que hoy no sienten.
Nervios destrozados de tanto sufrir.
Despojos de humanidad es lo que me queda,
Desamor, mentiras, y pérfida lealtad.
Ya que dejaste insondables magulladuras
en mi alma, cuando decepcionaron tus brazos
la lealtad ofrecida. Entregándose a otros ajenos,
sin titubeo siquiera.
Sin dolor, por el pasado tuyo, y nuestro…
Sin piedad, por mi confiado y distraído presente...
Hoy, estoy dolido hasta el tuétano.
Hasta la esencia etérea de mi ser.
Borracho de dolor y de morir.
Me encuentro, con la interrogación infinita hacia el cielo,
por tu ataviado proceder.
Si la codicia infiltro tu alma.
Si la decepción aniquilo mi imagen.
¡Qué esperanza quedará
para los deseos no logrados!
Para mis apetitos compungidos,
y para mis sueños enterrados en un abrazo ...
Aquí me encuentro con mis
angustiados desvelos.
Con mis carnes urentes y mis huesos.
Y quiero dejar de ser hombre a imagen y semejanza de Dios.
Aprendiendo a odiar sin evangelio que me frene.
A mi semejante que me quito la ilusión
de mantener inmaculado el corazón,
disolviendo mi vida y mi razón.
Para convertirme solo en hombre.
En bípedo, mamífero, vertebrado y mortal.
Inválido de alma y corazón.
Yo tuve un corazón y ya no lo tengo.
Tuve vísceras amantes
que hoy no sienten.
Nervios destrozados de tanto sufrir.
Despojos de humanidad es lo que me queda,
Desamor, mentiras, y pérfida lealtad.
RETRATOS FAMILIARES.
Madre, quiero ser otra vez tu niño.
Y quitarte los años un momento.
Deseo no crecer en este tiempo.
Quedarme a vivir en mi infancia eterna.
Juro que fui feliz en esos días.
Fueron mágicas mis vivencias de inagotable alegría.
Seguro junto a tus brazos me movía.
Dormido por la noche me besabas…
Padre, quiero ser para ti
el victorioso producto que trajiste.
Me colmaste de valor y me enseñaste la esencia del ser, del humano.
Que pudiera yo os reclamaros, si me dieron la vida….
Que podía intentar decirles a ambos.
Si fueron tan perfectos
para este mundo
de imperfección, cruel y hiel.
Me acuerdo y vuelvo a vivir.
Que feliz estar en vuestro regazo
que aun de grande me intentaba cobijar...
Como diciendo, que sería la última vez…
Aun reclamo un espacio a pesar de que ya no están aquí…
Que de seguro me tienen reservado…
Ese espacio pequeño
pero infinito de bondad
en donde viviré eternamente seguro,
como viví en vuestros brazos dulces y tibios…
Seré otra vez niño, luego que las cansadas canas mías
Se sientan infantiles en sí mismas…
Cuando mi piel casi enjuta reclame el calor de un regazo tibio y eterno.
Para volver… a vivir…
Madre, quiero ser otra vez tu niño.
Y quitarte los años un momento.
Deseo no crecer en este tiempo.
Quedarme a vivir en mi infancia eterna.
Juro que fui feliz en esos días.
Fueron mágicas mis vivencias de inagotable alegría.
Seguro junto a tus brazos me movía.
Dormido por la noche me besabas…
Padre, quiero ser para ti
el victorioso producto que trajiste.
Me colmaste de valor y me enseñaste la esencia del ser, del humano.
Que pudiera yo os reclamaros, si me dieron la vida….
Que podía intentar decirles a ambos.
Si fueron tan perfectos
para este mundo
de imperfección, cruel y hiel.
Me acuerdo y vuelvo a vivir.
Que feliz estar en vuestro regazo
que aun de grande me intentaba cobijar...
Como diciendo, que sería la última vez…
Aun reclamo un espacio a pesar de que ya no están aquí…
Que de seguro me tienen reservado…
Ese espacio pequeño
pero infinito de bondad
en donde viviré eternamente seguro,
como viví en vuestros brazos dulces y tibios…
Seré otra vez niño, luego que las cansadas canas mías
Se sientan infantiles en sí mismas…
Cuando mi piel casi enjuta reclame el calor de un regazo tibio y eterno.
Para volver… a vivir…
El cristal centelleante
de sus ojos son míos.
Su dulzura deseable
de sus labios son míos.
Su frescura fragante
de su olor, solo mío.
Melodía relajante
de tu voz en mi oído.
La quietud de tu cuerpo de una tarde de estío.
Tu piel es la tierra y mi cuerpo es el río.
Entre tibias amantes.
En tus muslos, soy niño.
de sus ojos son míos.
Su dulzura deseable
de sus labios son míos.
Su frescura fragante
de su olor, solo mío.
Melodía relajante
de tu voz en mi oído.
La quietud de tu cuerpo de una tarde de estío.
Tu piel es la tierra y mi cuerpo es el río.
Entre tibias amantes.
En tus muslos, soy niño.
Tierna eres alondra, hoy
Mujer.
Tierna y cándida te veo
volar.
Abstracta es mi voz
que hoy ondula sensual
sobre tu alcoba, sobre tu cuerpo.
Como un susurro matinal
desciende, de la luz
a tus cabellos
de mi lecho a tu lecho.
Dulce eres alondra,
hoy Mujer.
Dulce y instintiva te veo
pasar.
Inquieto y ligero es tu mirar.
Quien humedece mis labios
son tus besos.
Como un abanico de pasiones
dibujan tus secretos.
Entre sabanas silentes.
Yo te espero.
Mujer.
Tierna y cándida te veo
volar.
Abstracta es mi voz
que hoy ondula sensual
sobre tu alcoba, sobre tu cuerpo.
Como un susurro matinal
desciende, de la luz
a tus cabellos
de mi lecho a tu lecho.
Dulce eres alondra,
hoy Mujer.
Dulce y instintiva te veo
pasar.
Inquieto y ligero es tu mirar.
Quien humedece mis labios
son tus besos.
Como un abanico de pasiones
dibujan tus secretos.
Entre sabanas silentes.
Yo te espero.
He buscado la escurridiza alegría en tu alma,
que me niega esperanzas...
Y... te he hallado tan distante.
que temo alejarme de ti en lo infinito.
De tu mente amnésica de mí,
de tu moral indescifrable a mis valores
de tus temores sobre mi Yo y sobre tú misma.
Mujer, ahórrame la desilusión de perderte...
perdiéndome mucho.
Ahoga mis ideas en tu silencio inmolador.
En tu retina ciega de mi imagen
en tu compasión que no perdona.
Mujer, extráñame como si fuese algo importante.
Como si pensaras solo en mí y en mi egoísmo.
Mantén tu mente llena de mentiras
- “que me quieres” -
No duermas por mí hasta llorar.
Desvélate en tu engaño y falsedad.
Disfruta que mentiste una vez y que me tienes.
Alégrate de no quererme tanto como a ti misma.
De no sentir mi llanto cosa buenísima...
en verdad, además de práctica como tú la llamas.
Piensa en la caricatura de amor que tú me diste
y lo que encontré cuando te fuiste de mi mundo ya ausente. [de ti].
Oh frígida carnívora...
desafíame al Amor una vez más.
Destrúyeme en ti, si es lo que quieres.
Oh voraz substancia de alcoba, la NADA comparte tu fin de quererlo [todo]
la noche se ve desteñida ante tu alma
mi miedo se convierte en amor cuando me llamas...
que me niega esperanzas...
Y... te he hallado tan distante.
que temo alejarme de ti en lo infinito.
De tu mente amnésica de mí,
de tu moral indescifrable a mis valores
de tus temores sobre mi Yo y sobre tú misma.
Mujer, ahórrame la desilusión de perderte...
perdiéndome mucho.
Ahoga mis ideas en tu silencio inmolador.
En tu retina ciega de mi imagen
en tu compasión que no perdona.
Mujer, extráñame como si fuese algo importante.
Como si pensaras solo en mí y en mi egoísmo.
Mantén tu mente llena de mentiras
- “que me quieres” -
No duermas por mí hasta llorar.
Desvélate en tu engaño y falsedad.
Disfruta que mentiste una vez y que me tienes.
Alégrate de no quererme tanto como a ti misma.
De no sentir mi llanto cosa buenísima...
en verdad, además de práctica como tú la llamas.
Piensa en la caricatura de amor que tú me diste
y lo que encontré cuando te fuiste de mi mundo ya ausente. [de ti].
Oh frígida carnívora...
desafíame al Amor una vez más.
Destrúyeme en ti, si es lo que quieres.
Oh voraz substancia de alcoba, la NADA comparte tu fin de quererlo [todo]
la noche se ve desteñida ante tu alma
mi miedo se convierte en amor cuando me llamas...
Febrero veintiuno y siendo ya de mañana.
El sonido apagado
del reloj escondido en mi alma.
La luz que hace una sombra de mi mano,
en la hoja en que escribo y la delimita.
Un sonido...
y otro muy diferente al primero.
que anuncia y que denuncia…
el silencio.
Que se alargan y que fenecen juntos.
Que caminan paso a paso mil pasos.
Hoy que es Febrero y cae veintiuno,
convertirme en pan, ya no es cosa sagrada.
Es simplemente eso...
Que no trasciende.
Que queda estático, pegado a fuerza de tachuelas.
Deseos arrancados al calendario.
Deseos solo deseos y nada más que deseos.
Me paraliza una fuerza, que me ahoga en angustias.
Me invita a quedarme sentado, lloroso,
destruye mi ser.
A mis deseos magnetiza.
A mis ideales los pospone,
a mi cuerpo lo deprime
a mi alma la contrae
a mi pena la hechiza
a mis fuerzas las aguarda.
A mi imbecilidad la concientiza,
la hace pensante, la hace mi núcleo,
mi alma y mi cuerpo
y lo deteriora,
lo interioridad
lo avergüenza
lo plasma en excremento,
en demencia, en males del mundo.
A mi ser que tanto amo, que aún amo.
El sonido apagado
del reloj escondido en mi alma.
La luz que hace una sombra de mi mano,
en la hoja en que escribo y la delimita.
Un sonido...
y otro muy diferente al primero.
que anuncia y que denuncia…
el silencio.
Que se alargan y que fenecen juntos.
Que caminan paso a paso mil pasos.
Hoy que es Febrero y cae veintiuno,
convertirme en pan, ya no es cosa sagrada.
Es simplemente eso...
Que no trasciende.
Que queda estático, pegado a fuerza de tachuelas.
Deseos arrancados al calendario.
Deseos solo deseos y nada más que deseos.
Me paraliza una fuerza, que me ahoga en angustias.
Me invita a quedarme sentado, lloroso,
destruye mi ser.
A mis deseos magnetiza.
A mis ideales los pospone,
a mi cuerpo lo deprime
a mi alma la contrae
a mi pena la hechiza
a mis fuerzas las aguarda.
A mi imbecilidad la concientiza,
la hace pensante, la hace mi núcleo,
mi alma y mi cuerpo
y lo deteriora,
lo interioridad
lo avergüenza
lo plasma en excremento,
en demencia, en males del mundo.
A mi ser que tanto amo, que aún amo.
MAGDALENA.
Desde que creaste Dios
la criatura, que de lujuria me contenta.
Cuando su cuerpo límpido
en mi lecho recuesta, su anatomía
dignamente presenta.
A cada lado de mis libros está.
En mi sien, en mi costado.
En los clavos de mis manos.
A la altura de sus besos
está mi cruz y mis espinas.
Al cuadrado de su pecado favorito
está el múltiplo del Verbo Divino.
En la negación de lo creado;
y en la frustración de lo que quedó sin crearse.
Ah, Magdalena tu proximidad es inmortal,
en tu útero descansa mi aliento
tu regazo es mi lugar y es solo mío.
Ah, de tu credo jamás me apartaré.
De tus huertos recordaré su candor de Viernes Santo,
en tu hostia milagrosa me asiré hasta la muerte.
Quiero morir por ti en este día,
y buscar el lugar que encontré en tus orillas.
Quiero comprobar mi mortalidad por ti,
y mi divinidad por ti.
Dulce pecadora
apiádate de mi santidad inhumana
de mi castidad sobrehumana
de mi voluntad no terrenal.
De mi amor que no llega a tus Hermanos.
De mi fe que debilita en tu constancia.
De mi naturaleza ajena a tu genoma,
de mi divinidad cosa terrible para el dios, que se enamora...
Desde que creaste Dios
la criatura, que de lujuria me contenta.
Cuando su cuerpo límpido
en mi lecho recuesta, su anatomía
dignamente presenta.
A cada lado de mis libros está.
En mi sien, en mi costado.
En los clavos de mis manos.
A la altura de sus besos
está mi cruz y mis espinas.
Al cuadrado de su pecado favorito
está el múltiplo del Verbo Divino.
En la negación de lo creado;
y en la frustración de lo que quedó sin crearse.
Ah, Magdalena tu proximidad es inmortal,
en tu útero descansa mi aliento
tu regazo es mi lugar y es solo mío.
Ah, de tu credo jamás me apartaré.
De tus huertos recordaré su candor de Viernes Santo,
en tu hostia milagrosa me asiré hasta la muerte.
Quiero morir por ti en este día,
y buscar el lugar que encontré en tus orillas.
Quiero comprobar mi mortalidad por ti,
y mi divinidad por ti.
Dulce pecadora
apiádate de mi santidad inhumana
de mi castidad sobrehumana
de mi voluntad no terrenal.
De mi amor que no llega a tus Hermanos.
De mi fe que debilita en tu constancia.
De mi naturaleza ajena a tu genoma,
de mi divinidad cosa terrible para el dios, que se enamora...
Oh mi bella cortesana
en lo ondulante de tus olas
en lo corpóreo de tu brisa
en la matidez de tus encantos,
en lo que profanado fue por años.
Hallo mi natural cariño
mi sentimiento ciego
mi moral
mi retórica
mi sexualidad audaz
mi timidez latente y potencial.
En ti mujer de otros
hallo la profundidad de mis
abismos...
mi pesadilla,
mi pecado secreto, cosa mía y
solo tuya.
En ti se simula
el castigo dulce de un purgatorio
perenne, en un cielo perenne.
En ti deseable criatura
la lujuria no es más que ternura
y el placer no es amoral
cosa prohibida.
En ti, salvación de muchos
no existe pecado que no se indulte
no existe castigo
que no se haya pagado, en tus
horas tristes de seducción.
en lo ondulante de tus olas
en lo corpóreo de tu brisa
en la matidez de tus encantos,
en lo que profanado fue por años.
Hallo mi natural cariño
mi sentimiento ciego
mi moral
mi retórica
mi sexualidad audaz
mi timidez latente y potencial.
En ti mujer de otros
hallo la profundidad de mis
abismos...
mi pesadilla,
mi pecado secreto, cosa mía y
solo tuya.
En ti se simula
el castigo dulce de un purgatorio
perenne, en un cielo perenne.
En ti deseable criatura
la lujuria no es más que ternura
y el placer no es amoral
cosa prohibida.
En ti, salvación de muchos
no existe pecado que no se indulte
no existe castigo
que no se haya pagado, en tus
horas tristes de seducción.
ORÍGENES Y DESTINOS.
No me descubras,
contémplame aun desnudo
como recién ovulado por tu soplo divino.
En la oscuridad estoy y me avergüenzo.
No tengo figura grata
inhumano me veo.
Oculto en la masa de aire sin luz.
¡ Como decirte que comprendas mis complejos!
Mi defectuoso ser cubierto de piel que se añeja.
¡Como ser digno de ti con tal herencia,
de cronología de muerte en mis genes!
Que protestan, no ser yo…
¡Ser más que yo…!
Ángel quizá, para endulzar tus ojos.
Un querubín libertino hecho de la nada.
Una estrella fugaz con elipses infinitas de vida.
Quiero que me saques de este abismo…
Del mundano devenir,
de la prisión y de la celda.
De la contracción tensional de mis miembros.
De la ya agotada palabra, que casi muda te reclama...
Flor o ave quizá, para unirme a tu universo
Verde o azul quizá para colorear mi alma pálida y gris…
No me dejes en la perenne gruta fría
Quiero estar en tu obra y fluir dinámicamente
como el resto de organismos.
Obsérvame y mantenme en la luz,
nunca en la noche que me aterra.
Solo estaré aquí junto a mi alma,
que aun tibia se preserva,
y cuando aparezca el Sol,
gritaré a voz viva.
Que te acordaste de mí, en la otra vida.
Y, sin embargo…
una ingrata aflicción me lleva a quedarme aquí despierto,
entre las luces de mí oscuridad escogida y escondida...
Es el dulce terror de la duda, de que no existas y,
esté completamente solo en la inmensidad de los abismos,
donde antes de ser hombres estuvimos siendo polvo.
En el infinito estelar de las galaxias.
En un lugar perdido en el tiempo.
En una dimensión prohibida a la materia y a esta vida…
En una dimensión prohibida a la materia y a esta vida…
No me descubras,
contémplame aun desnudo
como recién ovulado por tu soplo divino.
En la oscuridad estoy y me avergüenzo.
No tengo figura grata
inhumano me veo.
Oculto en la masa de aire sin luz.
¡ Como decirte que comprendas mis complejos!
Mi defectuoso ser cubierto de piel que se añeja.
¡Como ser digno de ti con tal herencia,
de cronología de muerte en mis genes!
Que protestan, no ser yo…
¡Ser más que yo…!
Ángel quizá, para endulzar tus ojos.
Un querubín libertino hecho de la nada.
Una estrella fugaz con elipses infinitas de vida.
Quiero que me saques de este abismo…
Del mundano devenir,
de la prisión y de la celda.
De la contracción tensional de mis miembros.
De la ya agotada palabra, que casi muda te reclama...
Flor o ave quizá, para unirme a tu universo
Verde o azul quizá para colorear mi alma pálida y gris…
No me dejes en la perenne gruta fría
Quiero estar en tu obra y fluir dinámicamente
como el resto de organismos.
Obsérvame y mantenme en la luz,
nunca en la noche que me aterra.
Solo estaré aquí junto a mi alma,
que aun tibia se preserva,
y cuando aparezca el Sol,
gritaré a voz viva.
Que te acordaste de mí, en la otra vida.
Y, sin embargo…
una ingrata aflicción me lleva a quedarme aquí despierto,
entre las luces de mí oscuridad escogida y escondida...
Es el dulce terror de la duda, de que no existas y,
esté completamente solo en la inmensidad de los abismos,
donde antes de ser hombres estuvimos siendo polvo.
En el infinito estelar de las galaxias.
En un lugar perdido en el tiempo.
En una dimensión prohibida a la materia y a esta vida…
En una dimensión prohibida a la materia y a esta vida…
Si vivo y no percibo
tu dolor hermano hombre.
Mejor sería visitar
la ilusoria realidad de un buen acto.
Tú angustia en un café-teatro.
Mejor sería no Ser, no vivir,
no embrionar, no fecundar a nadie.
Si cavilo y me olvido de ti
amigo antiguo.
Me olvido que pasaste por mi lado,
callado, conspicuo y ceniciento.
Más valiera una tristeza fabricia
un dolor sin madera,
un quejido sin médula.
Más valdría no dignarse
de ser Hombre...
Triste reptil es lo que queda.
Tu dolor amigo hermano
es el mío por supuesto.
Angustia aún más mi Angustia
heredada y quebradiza.
Mi humanidad desterrada,
mi Mandamiento Primero.
Tu pequeño, pequeño hermano
de casa, ideología, de costumbre.
Tu amigo, pequeño hombre
descansa, despierta, irrumpe.
tu dolor hermano hombre.
Mejor sería visitar
la ilusoria realidad de un buen acto.
Tú angustia en un café-teatro.
Mejor sería no Ser, no vivir,
no embrionar, no fecundar a nadie.
Si cavilo y me olvido de ti
amigo antiguo.
Me olvido que pasaste por mi lado,
callado, conspicuo y ceniciento.
Más valiera una tristeza fabricia
un dolor sin madera,
un quejido sin médula.
Más valdría no dignarse
de ser Hombre...
Triste reptil es lo que queda.
Tu dolor amigo hermano
es el mío por supuesto.
Angustia aún más mi Angustia
heredada y quebradiza.
Mi humanidad desterrada,
mi Mandamiento Primero.
Tu pequeño, pequeño hermano
de casa, ideología, de costumbre.
Tu amigo, pequeño hombre
descansa, despierta, irrumpe.
Cuando muera, ya las
palomas habrán partido.
Aquel dulce retoñar
de alegres margaritas...
Aquella palabra hermosa
que solíamos decirnos…
Ah, de aquella hermosa
palabra, llamada Amor.
¿Dónde estará?...
Y donde encontraré
aquí o allá
aquel verso que escribí
aquella, o esa tarde para ti.
Dónde estarán tus libros
que en mis manos se encontraban ya seguros.
Dónde tus rizos que cortaste a mis espaldas.
Dónde hallaré
a quién perdí esa la noche
en las sendas de mi huerto...
palomas habrán partido.
Aquel dulce retoñar
de alegres margaritas...
Aquella palabra hermosa
que solíamos decirnos…
Ah, de aquella hermosa
palabra, llamada Amor.
¿Dónde estará?...
Y donde encontraré
aquí o allá
aquel verso que escribí
aquella, o esa tarde para ti.
Dónde estarán tus libros
que en mis manos se encontraban ya seguros.
Dónde tus rizos que cortaste a mis espaldas.
Dónde hallaré
a quién perdí esa la noche
en las sendas de mi huerto...
Esa boca pensativa
de rojizos capulíes del Valle.
De caña dulce y de granada
tientan a mis labios secos.
Esa tu boca
de diciembre en despedida
(De ni un te quiero).
Esos tus labios de tu boca resentida
que apresaron mis palabras.
Esa rosa pensativa
reprime algo y no lo dice.
Recordándome sensaciones
y no palabras.
Esos blanquecinos dientes
de delicados granizos de invierno.
Muerden mis heridas y mis sentidos
Como un sacrificio matinal y desenfreno.
Reviviendo las llagas de mi cuerpo.
Esos tus dos ojos de negros luceros
de serrana noche, sin luna siquiera.
Me miran y ensombrecen mi vida.
En esta noche de amor y de desvelo.
Esa boca pensativa
de rojizos capulíes del Valle.
De caña dulce y de granada
tientan a mis labios secos.
Esa tu boca
de diciembre en despedida
(De ni un te quiero).
Esos tus labios de tu boca resentida
que apresaron mis palabras.
Esa rosa pensativa
reprime algo y no lo dice.
Recordándome sensaciones
y no palabras.
Esos blanquecinos dientes
de delicados granizos de invierno.
Muerden mis heridas y mis sentidos
Como un sacrificio matinal y desenfreno.
Reviviendo las llagas de mi cuerpo.
Esos tus dos ojos de negros luceros
de serrana noche, sin luna siquiera.
Me miran y ensombrecen mi vida.
En esta noche de amor y de desvelo.
de rojizos capulíes del Valle.
De caña dulce y de granada
tientan a mis labios secos.
Esa tu boca
de diciembre en despedida
(De ni un te quiero).
Esos tus labios de tu boca resentida
que apresaron mis palabras.
Esa rosa pensativa
reprime algo y no lo dice.
Recordándome sensaciones
y no palabras.
Esos blanquecinos dientes
de delicados granizos de invierno.
Muerden mis heridas y mis sentidos
Como un sacrificio matinal y desenfreno.
Reviviendo las llagas de mi cuerpo.
Esos tus dos ojos de negros luceros
de serrana noche, sin luna siquiera.
Me miran y ensombrecen mi vida.
En esta noche de amor y de desvelo.
Esa boca pensativa
de rojizos capulíes del Valle.
De caña dulce y de granada
tientan a mis labios secos.
Esa tu boca
de diciembre en despedida
(De ni un te quiero).
Esos tus labios de tu boca resentida
que apresaron mis palabras.
Esa rosa pensativa
reprime algo y no lo dice.
Recordándome sensaciones
y no palabras.
Esos blanquecinos dientes
de delicados granizos de invierno.
Muerden mis heridas y mis sentidos
Como un sacrificio matinal y desenfreno.
Reviviendo las llagas de mi cuerpo.
Esos tus dos ojos de negros luceros
de serrana noche, sin luna siquiera.
Me miran y ensombrecen mi vida.
En esta noche de amor y de desvelo.
POEMA A LA AMISTAD.
(Promoción 82)
Amigos,
A mis amigos, les digo hoy,
Hoy por ayer y por mañana.
A aquellos dueños de mis recuerdos de niño,
Quienes miraron desde su perspectiva y su dialéctica
con sus ojos igualmente infantiles,
mis pasos, mis caídas.
Acompañándome, hasta hoy con sus risas y sus vidas
Con sus defectos y virtudes
sus aciertos y errores.
Con su humanidad primitiva e instintiva y perfecta
Su espiritual mente a prueba de Dios
y de los hombres.
Aquellos a quienes no dudé en llamarlos y escucharlos.
A quienes lastimé con mis sarcasmos.
Llevando los dolores que nos regala la vida
Y dejé de visitarlos más de una vez
Para que no me vieran triste.
A los amigos de colegio.
De primaria, de promoción.
De guardapolvo gris y camisa color granizo.
De mocos, y de lloros.
De risas y de llantos.
De amores infantiles, de amores ya añejos.
Hermanos de padres y madres distintos
de progenitores distintos,
de conciencia universal, religiosos, ateos, agnósticos,
católicos y romanos.
Un día en la vida nos dijeron que no seriamos nada.
Y hoy somos TODO.
Estamos montando a la vida y la estamos domando
Día a día desde cada uno de nuestros oficios,
Cada uno de ustedes amigos míos
son el fiel reflejos de esos viejos vespertinos que nos dieron la vida.
Hoy los veo orgullosos por vuestros hijos.
Prolongación de nosotros a la eternidad,
Y los veo padres, amigos, abuelos,
chochos de sus nietos, quien diría…
Dejamos la juventud sin dolor, con la docilidad de un viejo
y la resignación de un niño.
Nos acercamos a la quinta década de nuestras vidas
con la frente en alto, a pesar de nuestro crecido abdomen,
de algunos, nuestras canas, y nuestra reluciente calva.
Amistad, bendito tesoro,
amigos de antes, de hoy, y de mañana.
Pero amigos siempre.
(Promoción 82)
Amigos,
A mis amigos, les digo hoy,
Hoy por ayer y por mañana.
A aquellos dueños de mis recuerdos de niño,
Quienes miraron desde su perspectiva y su dialéctica
con sus ojos igualmente infantiles,
mis pasos, mis caídas.
Acompañándome, hasta hoy con sus risas y sus vidas
Con sus defectos y virtudes
sus aciertos y errores.
Con su humanidad primitiva e instintiva y perfecta
Su espiritual mente a prueba de Dios
y de los hombres.
Aquellos a quienes no dudé en llamarlos y escucharlos.
A quienes lastimé con mis sarcasmos.
Llevando los dolores que nos regala la vida
Y dejé de visitarlos más de una vez
Para que no me vieran triste.
A los amigos de colegio.
De primaria, de promoción.
De guardapolvo gris y camisa color granizo.
De mocos, y de lloros.
De risas y de llantos.
De amores infantiles, de amores ya añejos.
Hermanos de padres y madres distintos
de progenitores distintos,
de conciencia universal, religiosos, ateos, agnósticos,
católicos y romanos.
Un día en la vida nos dijeron que no seriamos nada.
Y hoy somos TODO.
Estamos montando a la vida y la estamos domando
Día a día desde cada uno de nuestros oficios,
Cada uno de ustedes amigos míos
son el fiel reflejos de esos viejos vespertinos que nos dieron la vida.
Hoy los veo orgullosos por vuestros hijos.
Prolongación de nosotros a la eternidad,
Y los veo padres, amigos, abuelos,
chochos de sus nietos, quien diría…
Dejamos la juventud sin dolor, con la docilidad de un viejo
y la resignación de un niño.
Nos acercamos a la quinta década de nuestras vidas
con la frente en alto, a pesar de nuestro crecido abdomen,
de algunos, nuestras canas, y nuestra reluciente calva.
Amistad, bendito tesoro,
amigos de antes, de hoy, y de mañana.
Pero amigos siempre.
Me gusta tu verso
Por qué es libre,
Como pez en el agua
Como ave en aire.
Me gusta tu verso por lo fino, y delicado de su cadencia.
Por la profundidad de tus palabras
Por la ternura de su Esencia.
Eres tu boca
Eres tus labios
Eres tus manos que imprimen sentimientos en mi papel de piel sensible.
Encarnas tu verso fiel a la distancia,
Protocolo de amor, me juras.
Me encanta tu verso convertido en mujer, converso de mi.
Por qué es libre,
Como pez en el agua
Como ave en aire.
Me gusta tu verso por lo fino, y delicado de su cadencia.
Por la profundidad de tus palabras
Por la ternura de su Esencia.
Eres tu boca
Eres tus labios
Eres tus manos que imprimen sentimientos en mi papel de piel sensible.
Encarnas tu verso fiel a la distancia,
Protocolo de amor, me juras.
Me encanta tu verso convertido en mujer, converso de mi.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)