Me entristece este reino,
el reino de este mundo,
me aflige su imagen
de máscara desdibujada,
de error de diseño,
de senderos borrosos y realidades infames, creadas por los unos y otros convenientemente.
Me aflige este mundo insano.
Lleno de odios y corrupta acción.
No queda ni un verso de Padre nuestro
que no haya sido profanado..
¡ No hay más remedio para su mal!
Por que el mal intrínseco estás dentro de todos.
El cotidiano, el cercano y el global mundo
se muestran nauseabundos,
a los ojos de las almas honestas, pocas claro está, que sobreviven entre la pus y el dolor de la miseria humana,
Ya queda poco, para sufrir el infierno
de Dante frente a nuestras pupilas,
Poco, para mordernos cual reptiles, impregnando a cada mordida ponzoñosa, de venenos que se inyectan en la misma esencia humana , inundando nuestro torrente sangrante de vida.
Cual mortíferos, dardos
de hambre y sed de avaricia, de
toxinas de egolatría.
destruyendo a lamidas viperinas, las promesas de eternidad y esperanza
de nuestro señor Jesucristo.
Un mundo de mentiras influyen a los hermanos mansos de corazón, que reciben información pasivamente, cual reinvento de Sodoma y Gomorra.
Y burlas para los que creen en el pan nuestro de cada día.
Me duele el reino de este mundo,
que ni el mesías pudo cambiarlo,
No hubo tierra fértil para el grano de mostaza , que tuvo que crear un mundo nuevo, lejos de éste.
El hombre se vuelve cada vez más ciego, que destruye bosques y selvas, especies de agua, de tierra, y del cielo.
Los muertos de la guerra y la pobreza,
los crímenes de les humanidad, no quiebran gobiernos manchados de sangre, cruzamos a nado sobre la ciénaga de la inmundicia, por nosotros producida, cual trogloditas académicos, nos hicimos dueños de la verdad, y construimos un mundo a nuestra imagen y semejanza, sin Dios, como y tal cual,
nacido del pecado de Luz Bell, que anida hoy mismo en nuestro genoma común compartido con reptiles y gusanos, insectos y las víboras.
Hienas y cuervos.
Luchamos por nuestros egos, pisando la mano de quien nos pide, la yugular de quién no está de acuerdo, y nos muestra su perfil.
aventajamos por la espalda, cual hienas hambrientas, al débil o al anciano, herimos mortalmente sin pestañar, al obrero distraído o a la ama de casa, con el recado urgente para sus hijos, al milenium absorto en su último celular,
al peatón descuidado,
al amigo fraterno, líbrese si está a nuestro costado, que con un certero codazo, lo abatimos, después de negarlo tres veces.
La muerte del Ser, frente al No ser,
ha comenzado.
Con la frivolidad que nos muestran los medios.
La indecencia de políticos y gobernantes.
Con el caos en nuestras vidas, por la inoperancia de los elegidos.
Con los abusos a los que menos tienen, al ignorante, al manso de corazón , a los niños inocentes, con programas educativos de vanguardia , produciéndoles daños irreparables en sus almas.
El Reino, que creo, con mucho dolor me digo, no es de este mundo...
Copyrigth@ Rubén Caparó O.
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