En la mañana desperté mas antes
que temprano. Casi sin sueño me angustié
con una insomne preocupación
te llamé..
Es que presa estás de aquel lobo que te espera paciente.
Y tu olvidada, sin afectos, años ya, perfecta presa eres,
del que cerca de su madriguera, espera, espera,
el asalto directo, a tu corazón.
Bajo la piel de cordero tocó ya tu alma,
con sólo lisonjas las llenó ahora de ilusión.
Hoy se viste la tarde de ropa gris y tacones altos.
Hoy yo cuento los segundos y minutos de las horas de soledad.
Tu entretienes esas horas lejos de
aquí. En un triste y oscuro cafetín,
Resarsiendo tus años perdidos.
Tus halagos no dados.
Los besos que hoy serán profanados.
Los cuerpos envueltos en miedosos sudarios,
quedan ya exaustos y vacíos. Después de lo cometido,
¿Quién podrá seguirte amando?
Yo que te miro desde siempre...
Cuál gacela digna de amar, de ser querida...
Te digo, mujer que te hiciste de tu presente...
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