A las Madres del mundo.
A las madres del mundo les pido que me escuchen...
Si hay que pedir un perdón, una suplica, o infinitas gracias,
Me reclinó ante tan excelsa condición, de diivino quehacer ,
ante su sabia maternidad instintiva, evolutiva.
Gracias por darnos un cielo en vuestro vientre virginal.
En esa oscuridad tan placentera y de tanta tibieza.
Allí nos conocimos, crecí en ti, me nutrí de tu sangre exquisitamente privilegiado.
Y cerca de tu corazón aprendi tus latidos, el lenguaje corporal
de tus suspiros, de tus silencios, de tus brazos tomándome
a través de tu piel, entendí lo que es las caricias.
Aprendí lo que es la vida dentro de tu vida.
Y cuando nací, tu me esperabas, con una gran sonrisa.
Abriste tus brazos y me hiciste sentir querido.
Esperado y único.
Mi alma está Henchida de gratitud eterna, por tanto amor
irremplazable y certero.
Seguros nos sentimos cuidados,
Seguros de tu mano avanzamos,
Y dimos nuestros primeros pasos,
como tuyas fueron nuestros triunfos y nuestras caídas.
Madre,
Dichoso soy, ya que al sentirte próximo de tí, me enternecí,
y me desarrolle en tu vientre, deseoso de darte victorias,
En ese vientre que aún extraño estar.
Luego me cobijaste en tu regazo, y me hiciste crecer, con pocas armas para vivir,
cual marsupial degusté de tu leche, tibia y fresca, de tu calor, de tu ternura,
y el significado de la palabra: AMOR.
Y luego sabiamente abriste tus abrazos para dejarme partir y crecer lejos de ti.
Salí al mundo para luchar, con la clara sensación
que tu siempre estabas y estarás a mi lado.
Hoy doy gracias a Dios, por darme una madre.
Darle a una mujer a su creación .
Que incompleta seria sin la presencia del ser
Que me enseñó desde pequeño la magia del AMOR.
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