Comienzo a curar de mañana,
La aflicción del morbo sobre tu cuerpo,
Sobre tus entrañas y tu conciencia,
Ha tomado tu ser con difusa destreza
Metastatizando junto a la misma muerte por los
Recodos de tu cuerpo de niño, travieso.
Queda un cuerpo rígido y frío,
nada de tu blandura se conserva.
Tus ojos miran fijamente al infinito.
Tu conciencia está perdida como un sueño diurno...
Respondes con salvas de movimientos complejos,
A estímulos de mi voz, a ruidos de la calle.
No se cuál será tu futuro, pero hago lo posible
de acercarte a la vida, ha arrancártela de los brazos de
de la muerte, que acecha a hurtadillas, tú respiración,
tu alma, tu color.
Después de unos días, se aproxima una palabra a tus labios.
Tu ojos ya tienen lágrimas, tus emociones despiertan de su
aletargado sueño, ya hay una risa...
Tus silencios han permanecido hasta ayer,
Hoy tu voz aparece incoherente en lo que dice. Pero dice algo.
El heraldo de la muerte ha perdido esta vez y se aleja,
dejando tu respiración expandirse, a tu piel sonrojarse,
A tus latidos tornarse más fuertes, como es la vida.
Hace unos días volviste a caminar, a sonreír,
a alegrarnos con tu gracias. La enfermedad no tomó tu mente,
gracias a Dios, y piensas como antes.
Juegas, corres y tus músculos responden a tu edad.
Y yo agradezco al señor por mejorar algo su creación,
a hacerme médico, y llegar a la medicina sin mucho pensarlo.
Porque está satisfacción de ganarle si quiera un momento
a la misma muerte, no se siente, ni saltando de un avión
ni ganando en La Bolsa.
Dios bendiga y cuide a nuestros niños enfermos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario