No escribiré hasta el verano,
Ya que dolido sé que me espera
con su fresca brisa,
domará mis momentos,
y mi prisa de escribirte.
No escribiré de la primavera,
que radiante de bondad,
deslumbra, mil colores, mil caricias.
Callada ya de tanto amar,
respira mil aromas, mil olores.
Y me pregunta sin hablar, me acaricia sin tocar.
Me escribe sin cesar, respondiendo así
a mis labradas cartas.
No me detendré a escribirte, ni en el invierno,
de cielos grises, de lozas húmedas.
Mas nunca, dejaré de dibujarte, de citarte en un par de letras.
Letras que me tientan a escondidas
a pronunciar solo en secreto.
Las sílabas de un soneto
que dice hoy más que nunca.
El dulce sonido de tu nombre.
No culparé a este otoño ,
Mis carencias hoy de ideas, de esta inspiración desatinada.
De palabras nunca habladas...
De mis cartas amarillas pocas veces respondidas...
Las hojas ya caídas a gravedad, sacudidas y elevadas por tus vientos.
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