viernes, 14 de octubre de 2016

El dolor que me produce tu amor,
es el Amor en si mismo.
Crea y me transporta al nirvana.
Única vía onfálica con tu corazón,
que me nutre de a pocos,  igual que me hace doler,
a pedazos, y  mantiene viva mis razones.

Esa extraña sensación que domina mi alma.
La origina tu existencia,
aún en la distancia, y en la calma.
Es de lo único que me cojo, y me tiendo a asir,
cuando los remolinos tormentosos de la vida,
pretenden ahogarme para siempre de tu ser.

Como un ciego soy, en la oscuridad de mis tristezas,
buscando la salida matinal a mis pobrezas, que brotan de tu amor.
Ausencia de ti, me postraría a esperar solo la muerte,
sin destino ni brújula, olvidado a mí suerte.
sin sentido para mis sentidos...
Sin caricias, para mis llagas cotidianas.

El amor que me produce este dolor,
es bueno para mi alma  atormentada.
Sola y olvidada,  decantada a los vientos y caminos,
cual cenizas mías, ya discurren como polvo o tierra,
huérfanos de afecto, incluso del tuyo, quedan..
Livianos junto a un rocío, lloran..
Indignos de quién alguna vez me quiso, se escurren,
Como el agua entre las manos, de quién sintió que ya me perdió.

La magia de la vida solo está es ese impropio sentimiento.
Nada más me opera, nada más motiva a mí ser.

Eres la filigrana que me permite orbitar en tu espacio.
Y marcar la elipse de mis estaciones y emociones.
Eres sin ni siquiera pensarlo el eje de mi existencia,
Mi fuente de amor y de delirio,
fuente también de mi dolor agonizante de vida...

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