jueves, 27 de agosto de 2015

Tomé ese vino que venía de tu boca suplicante.  
Ese que dice tus secretos, 
tus lugares, tus alegrías, tus ausencias.
Aquel que me suaviza y me deja melancólico, 
y me miente cada día. Y me dice secretamente tus afectos, 
los fermenta y los guarda en el tonel de tu inocencia.
Aquel con cuerpo de mujer, con mente de mujer y con sabor a vendimia.

Tomo  su aroma , su sabor y tus mentiras piadosas.
Bebo en él,  las memorias y los espíritus  que pasan a mi lado, 
que se condensan con la brisa, 
y como yo me deleito, en esta tarde ni fría ni triste 
con su sabor, con tu sabor, con tu risa.
Tomo este vino, 
el mismo que rozaron  tus labios, 
y  cual rocío de vida te encantaron. 
Lo tomo en un triste desliz.
Tomo este vino que venía de tus manos, 
cual ofrenda de paz, cual ofrenda de amor, 
cual beso de flor de lis.

Tomo en este vino mi destino
de tenerte siempre cerca, y solo
amarte en silencio.

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