viernes, 10 de julio de 2015

Padre, acabo de dejar tu cuerpo
Sagrado en un cofre junto a los restos de mamá.
Y no dejo de pensar la falta que me haces.
No solo por que estuviste conmigo
poco más que mi juventud
y dejaste un vacio que nunca pudo ser llenado.
Si no por que con tu muerte aprendí
lo injusta que puede ser la vida con algunos,
aprendí además que los buenos padres,
los hombres justos como tú no son eternos
y su inmortalidad solo queda en nuestras memorias,
 mientras los recordemos y tengamos vida.
Aprendí que después de unos años
casi todos seremos olvidados para el mundo.
Grandes hombres se han quedado
sin el reconocimiento póstumo justo y necesario.
Todos, a casi todos solo llenaremos listas de nombres sin sentido,
vacías de significado. Casi como si no hubiéramos nacido.
Algunos incluso los ilustres podrian correr la misma suerte
de no dejar nada concreto en este mundo,
ya que ka bondad, el amor, la amistad, la valentía, la justicia.
Son fungibles como la mente, el recuerdo,
El dolor de existir o la felicidad corta de vivir.
Por eso queda solo la esperanza de trascender
y derrotar a la muerte con la fé.
Considerando que el espiritu vital no muere,
por tanto no en vano vivimos y hacemos el bien
o nos esforzamos en ser buenas personas.
Sueño al final de mis días,
ser recogido por tus manos y las de mamá Elo.
Volviendo al origen donde inicié esta vida.

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