viernes, 24 de abril de 2015

Cusco, tu nombre resuena en tus muros de piedra.
En las calles silentes, tus fonemas se detienen en el aire
como golondrinas inquietas, y el eco de tus sílabas 
reverberan por los siglos.
Cual aleteos de colibríes, en las plazas, en los campos, 
En lo verde de tus brazos.
¡Cusco inmortal!
Dicen tu nombre los vientos de otoño.
Los fríos días de junio , la tibieza de medio noviembre.
Los amaneceres de abril, y de mayo, regalándote un firmamento 
de incontables estrellas y un Lucero al amanecer puesto en tu cielo.
Dicen que fueron los hijos del Sol 
que emergieron del Gran Lago.
No encontrando tierra fértil y mas santa,
Clavaron una barreta de oro, en tus entrañas.
Aceptando tú, ser tomada 
con dócil actitud de doncella, de Pacha Mama.
Luego se erigieron los muros de los templos de Wiracocha,
Y para el mismo Sol, Koricancha.
Tus calles , fueron recorridas por hombres sobrehumanos,
Ñustas y princesas incas, de notable virtud. Por piernas de cobre 
de Chasquis de incansable oficio que
dejaron su presencia, en los ruidos ocultos a los ojos.
Como un arrullo cándido y triste de una cuculí, dormida. O, cual
gota cansada que orada la piedra.
Eres pues, un puma enclavado en los Andes, feroz y esbelto.
Protegido por los Apus, estas que observas.
Ombligo del mundo, estas que te cobijas.
Luego el hombre blanco violentó esas mismas entrañas.
Antes Vírgenes y silvestres.
Destrozando tus muros por afán de codicia.
Hurtando tu oro, tus joyas, tus muertos, tu voz...
Destruyendo tu esencia, nació la fusión de razas, 
de credos, demostrándose también en tus muros, en tus casas.
Tu nueva historia, la recorro cada vez que camino, 
en tus callejuelas y en tus plazas, en la bella Huacaypata.
Cada vez llego por verte, oh tierra mía .
Hoy tu nombre a rebasado las fronteras
de tu Tawantinsuyo extenso.
Los elogios, te alimentan, lo admirable, 
de tus ruinas, te engrandecen.
Tu belleza, tu nobleza y tu candor
Vivirán por siempre.

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