martes, 17 de noviembre de 2015

Hay una persona que no necesita que yo la quiera,
porque no vive de mi, ni de mis versos,
sus labios no dijeron nada
y yo imagine que decian te quiero,
amorosos  son, más nunca tocaron a los mios ...
Desterrado y apartado de su vida
sonrío triste y vivo muriendo.
Que haría a mi,  solo una mirada.
Cambiaría esta noche a día.
Mis pasiones invadirian
ésta primavera de colores de oropel.
Mis latidos no podrian  contenerse en mi pecho.
Mi respiración se detendria eternamente
hasta que su aliento ingrese a mis más profundos alvéolos,
y me déje un nuevo soplo de vida.
Mi manos temblarian
como la vez que le escribi te quiero
y enmudecí tan derrepente,
como primera vez que dije a alguien lo mismo
y se estrecho mi voz a casí un pitillo
por la emoción, de eso hace casi treinta años.

Hay una persona que vive
sin que yo pueda amarla cada tarde.
Sediento estoy de ella,
más ella ya perdonó todos mis infiernos.
Cree y sabe de mi amor, y lo deja crecer lejos,
sin su belleza, lejos de su presencia,
no se conmueve con mis tristezas.
Y me toma del brazo con un abrazo, y me ilusiona
con unas palabras a la nada o alguna mirada al vacío.
Una sonrisa dirigida al infinito
que yo trato de apropiarmela, como cuando cazaba mariposas.
Por que aún produce en mi, sensaciones,
y aún celos cuando me muestra sin pena que no soy su dueño.
Hay una mujer que prohida esta de mis deseos.
Nunca la tocaré bajo juramento alguno.
Por que así está escrito.
Sin embargo mantiene mis células
hambrientas  de ilusión,
a poco yo las siento morir dentro de mi, sin su amor.

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