jueves, 11 de agosto de 2016

Me duele la tristeza y la vejez.
Mi espalda se queja de sus distancias
De rectilínea curva juvenil,
A escarpada espina dorsal algésica y añeja.

Me duele la esperanza y el tiempo que queda.
Mi piel se aja cual pétalos caídos a gravedad,
Mis cabellos suavizan mis sienes con filos de plata.
De sensatez y control de las emociones prohibidas...

Me duele y me lastima la razón..
Me duele  y se me contrae el corazón.
Me duele los músculos y tendones solitarios,
Cansados al mínimo esfuerzo senil.
Débiles de andar, correr y trepar...

Hoy me duele el mundo, extensión de mi alma ...
Me duele la guerra y la muerte.
Me duele mis pupilas mustias con ganas de parar de llorar...
Me duelen los colores grises del invierno .
La enfermedad, el dolor y la falta de esperanza.

Me duele tu amor que no me llega.
El tiempo tirano desinteresado de mi reloj biológico .

Me duele mis genes truncos por designio,
Mis proyectos inconclusos,
Mis deudas y mis reclamos justos...

Hoy me duele la vida mucho menos
Como dijo aquel poeta.
Pero siempre me gustó vivir, ya lo decía.
Quizá, es que espero lo mejor de todos,
Aguardando tu legado diario.
Quizá es que no encuentro en el mundo sabiduría.
La relativa sensatez de la razón, lo relativo del perdón, queda expuesto...

Quizá es que marcho hacia atrás  de lo moderno,
De lo que ya no se estila, de lo que se permite hoy, como
natural y humano.
De lo que tú nos dejaste poco queda...

Quizá es que me castigó pensando
cómo en esta noche...

Y es que la duda de la fe,  aún me persigue.
La fatalidad de la vida,  pide que me resigne,
a dejar de estar contento,
a pesar de los brillos del sol.
De las aguas azules de este hermoso mar.
De las verdes colinas y Valles.
De toda criatura y variedad de especies, que glorían tu nombre.

Quizá nunca pueda terminar, estos,
mis queridos minutos
de introspección, de tertulia y paz preciados contigo.

Tomando el pan ajeno, la vid robada, viví engañado,
Ahora me doy cuenta y me atormento.

¿ Por amor todo pecado está permitido?

Por amor, ¿ mi alma queda en paz y mi espíritu redimido?.
Por amor me elevó, de culpable a inocente,
¿ y mi alma,  queda sin castigo?

Quizá no seamos las criaturas que tu quisiste crear, y eso me desespera,
más cuando tu plan eterno desconozco. Y cuán imperfecto me veo.
Ni que se diga de las demás vidas, cuyos horrores y pecados desconozco,
Y que son parte de mi, son mis hermanos.
Más no me rasgó las vestiduras, pero si me indigno ante la falta,
De Amor o severidad que está en tu credo.
Y me siento culpable de la carencia y de este caos,
De valores, de razones y de silencios.
De estas letrinas de sentimientos olvidados.
De vidas tristes carentes de principios,
De humanidad.
De espiritualidad.
De sensatez taciturna y vespertina.

Quizá , quizá...
Sea ya el tiempo, el final...



En el tintineo de la gota que
penetra en la cansada piedra,
Rompiendo sus átomos y su esencia.

En el piar de la aves que día a día
preguntarán por mí.

En el vibrar de los vientos que agitan
Mi voz con tu voz.

En el  brillar del Sol - nuestro, que  me abraza
con su luz,  y con tu calor me devuelve la dicha
de existir.

Encuentro mi real momento,
mi genética desde que fui un cúmulo de fotones.
Mi biología descubierta,  mis sentimientos encubiertos.
Mi propia trascendencia y eternidad.
Mi fatalidad límite terrena.

En los segundos prestados a este segundero eterno.
Veo pasar mi vida ante mis ojos tristes.
Lo que hice y no hice, y lo que iba a hacer.
Y me propuse desprenderme de esta materia,
Y de las fuerzas invisibles que me someten a mi humanidad.

Y me libere a los caminos, a los mares y  desiertos.
Me integré a los universos infinitos y a las realidades no visibles.

Y viví eternamente consciente de la belleza de la vida.