Madre, quiero ser otra vez tu niño.
Y quitarte los años un momento.
Deseo no crecer en este tiempo.
Quedarme a vivir en mi infancia eterna.
Juro que fui feliz en esos días.
Fueron mágicas mis vivencias de inagotable alegría.
Seguro junto a tus brazos me movía.
Dormido por la noche me besabas…
Padre, quiero ser para ti
el victorioso producto que trajiste.
Me colmaste de valor y me enseñaste
la esencia del ser, del humano.
Que pudiera yo os reclamaros,
si me dieron la vida….
Que podía intentar decirles a ambos.
Si fueron tan perfectos
para este mundo de imperfección, cruel y hiel.
Me acuerdo y vuelvo a vivir.
Que feliz estar en vuestro regazo
que aun de grande me intentaba cobijar...
Como diciendo, que sería la última vez…
Aun reclamo un espacio
a pesar de que ya no están aquí…
Que de seguro me tienen reservado…
Ese espacio pequeño pero infinito de bondad
en donde viviré eternamente seguro,
como viví en vuestros brazos dulces y tibios…
Seré otra vez niño, luego
que las cansadas canas mías
se sientan infantiles en sí mismas…
Cuando mi piel casi enjuta
reclame el calor
de un regazo tibio y eterno.
Para volver… a vivir…